cambios en el pelaje de tu mascota

El pelo de los perros contiene una proteína fibrosa y dura llamada queratina, que está protegida y lubricada por grasas producidas en unas pequeñas glándulas de la piel. No todos los pelajes tienen el mismo brillo. Algunas razas tienen un pelo que es más áspero o grasiento que el de otras. Pero en general, el pelaje debe ser brillante e inodoro. Un cambio en su apariencia habitual (que se vuelva mate, seco, grasiento, espeso o maloliente) revela un desequilibrio en alguna parte del cuerpo.

Posibles causas de cambios en el Pelaje

• Problemas con la dieta:
"Es posible que a los perros cuyo pelaje se vuelve mate y seco les falte ácido linoleico en sus dietas", señala Lowell Ackerman, veterinario dermatólogo privado en Mesa, Arizona. La mayoría de los alimentos para perros contiene gran cantidad de esta sustancia, aunque puede perderse una parte cuando se almacena mucho tiempo.

• Seborrea:
Las células de la piel tardan unas tres semanas en madurar, van de la capa interna de la piel hasta la superficie, mueren y desaparecen. Sin embargo, en perros que padecen seborrea, el proceso se acelera. Se acumulan células muertas y la piel y el pelaje parecen secos y con costras. La combinación de grasas y "residuos" propicia la aparición de bacterias, por lo que los perros con seborrea tienden a padecer infecciones que causan picor y mal olor. El pelaje parece grasiento y puede haber costras aceitosas y marrones en los codos, el corvejón y las orejas.

• Demasiados baños:
Los perros no necesitan bañarse con tanta frecuencia como los humanos. Si se les lava muy a menudo, se eliminan los aceites naturales del pelaje y éste parece más seco y mate.

• Edad:
Las funciones corporales se ralentizan conforme el perro se hace mayor. Los aceites y los nutrientes tardan más en llegar a la piel y por eso el pelaje de los perros mayores suele parecer seco y gastado.

• Falta de cepillado:
Un cepillado regular no redunda sólo en beneficio de la estética, sino que elimina los pelos muertos, evitando que se acumulen junto a la piel. Si no se cepilla al perro, estos pelos forman un grueso manto que impide que el aire llegue a la piel y reduce la eficacia de las glándulas sebáceas. También hace que la superficie de la piel esté caliente y húmeda, propiciando la aparición de manchas e infecciones de la piel.

Fuente: Aperrados